Ahorra gracias a la economía budista
¿Intentas ahorrar, pero no sabes cómo conseguirlo? Para muchas personas, conseguir apartar un dinero de sus ingresos mensuales para cubrir una necesidad futura es muy complicado, especialmente porque vivimos en un entorno muy consumista. Introducirnos en la economía budista puede ayudarnos a mejorar nuestra capacidad de ahorro.
El consumismo actual
Nuestra sociedad se cimenta en el consumo. Muchas personas creen que su valor se mide por su capacidad económica y su poder adquisitivo, y esto hace que se aboquen a consumir de manera desaforada.
Esta filosofía de vida nos hace muy difícil ahorrar una cierta cantidad de dinero regularmente, por muchos ingresos que tengamos. Pocas personas tienen la suficiente fuerza de voluntad como para no adquirir un producto o un servicio que les apetece, teniendo el dinero para poder costearlo.
La filosofía budista
Las culturas orientales, como el budismo, rechazan la sociedad consumista occidental en la que vivimos. Uno de sus principales objetivos es desprenderse de todo lo material, para poder disfrutar mucho mejor de la vida espiritual. Este concepto tiene una influencia directa en su idea de economía.
De hecho, en el budismo prima la libertad del individuo por encima del aspecto económico.
Los budistas ven el consumismo como una manera de mantenernos atados a una vida de trabajo. Cuanto más nos guste consumir, más necesidad de ingresos tendremos y más tendremos que trabajar para poder mantener nuestro nivel de vida.
En consecuencia, ¿qué nos aporta la filosofía consumista? Cansancio físico, estrés mental y poca vida personal.
En cambio, la economía budista basa su enseñanza de vida en consumir menos para conseguir una mejor calidad de vida. Si no sacrificamos nuestra libertad para tener el dinero que necesitamos en la sociedad consumista, podríamos vivir mucho mejor, según este estilo de vida.
Además, vivir una vida sencilla alejada del consumo excesivo también nos permitiría ahorrar una buena cantidad de dinero. Tan solo tenemos que aprender a sobrevivir con lo que realmente necesitamos para vivir tranquilamente, y dedicar el resto de dinero que ingresamos a ahorrar para tener un futuro más estable.